Prevención de fraude interno con biométricos
De acuerdo con la empresa consultora PWC, en el 2018 el 58% de las instituciones en el mundo reportaron algún tipo de fraude, 21% más que en 2016, y América Latina fue la región con mayor incremento con 25 puntos porcentuales de alza entre los años 2016 (28%) y 2018 (53%).
De estas cifras, el 52% del fraude mundial fue causado por empleados internos dentro de las organizaciones. Estos números son aún más importantes dentro del sector bancario ya que se refiere a bienes ajenos a las mismas instituciones bancarias.
Actualmente, las FinTech han venido a acelerar la digitalización de los bancos y, en consecuencia, la disminución de los fraudes más frecuentes como eran los desfalcos a tarjeta de crédito o incluso el robo de identidad. Sin embargo, la mayor conectividad también trajo consecuencias ya que ahora las entidades financieras deben de prestar atención a aquellos servicios tercerizados.
Una solución acorde es la biometría, aprobada y exigida por la CNBV en 2020, ya que funciona como una solución infalible de autenticación para el acceso a la información, generando certeza sobre quién accedió, su ubicación, fecha y hora.
En este sentido, los dispositivos de biométricos con tecnología multiespectral utilizan múltiples espectros de luz y técnicas de polarización avanzada que permite extraer la huella digital aún en casos de situación adversa, ya que identifica tanto las características de la superficie de la piel como la capa interna irrigada por el torrente sanguíneo. Esto, en conjunto con soluciones de cifrado criptográfico para evitar los ataques por intermediarios y dispositivos resistentes a la manipulación que borran la información interna al abrirlos, hace que sea la solución ideal para la prevención de este tipo de fraude.
Sin lugar a duda este tipo de soluciones significan una mejora de la productividad y seguridad dentro de las instituciones financieras ya que permite el acceso controlado a las estaciones de trabajo, redes y aplicaciones remotas que conforman el ecosistema de la empresa.
Además, la biometría también posibilita la verificación de transacciones en aplicaciones que incluyen el trabajo con registros de clientes, dinero, transferencias, remesas y procesos de autorización.
A la par de la biometría de huellas dactilares en su modalidad convencional o multiespectral, también existe el reconocimiento facial, de iris y de voz, lo que le otorga a la institución un amplio abanico para identificar tanto a sus empleados como a sus cuentahabientes y prevenir así el fraude en cualquiera de sus dos modalidades: interna y a través de terceros.
Inicialmente, los biométricos lograrán que la seguridad bancaria aumente, lo que se traducirá en una mayor confianza del consumidor, el cual podrá tener la seguridad de que sus datos estarán a salvo de cualquier tipo de fraude.